Veinte de septiembre del dos mil veinticinco.
Boda, ceremonia mediante la cual se unen en matrimonio dos personas, y fiesta con la que se celebra. Gozo, alegria, fiesta.
Quien iba a decirme que el chico que intentaba impresionarme con su colección de catanas iba a construir esta vida conmigo.
Y no se equivoquéis no es una vida cualquiera. Es una vida llena de momentos emocionantes, desafiantes una vida que te hace sentir cada palmo de la piel .
Si miramos atrás es posible que no reconozcamos a los dos jovenzuelos que torpemente empezaron esta historia superando todo y más.
No fue fácil, pero que es fácil en esta vida?.
Lo trabajamos lo peleamos lo cuidamos y hoy un veinte de septiembre de dos mil veintinco; aquí estamos con todos nuestros familiares y amigos con los que queríamos compartir todo esto.
Te elijo hoy y siempre, incluso cuando no es fácil, y no somos perfectos pero si hacemos el mejor equipo y justo ahí está la magia.
Nos cuidamos crecemos y aprendemos el uno del otro.
Porque gracias a ti he encontrado a alguien en mí que no había conocido, haciéndome sentir que está bien ser yo misma y sin filtros.
Me haces feliz, contigo disfruto hasta de lo cotidiano, nuestros viajes en la furgo, la playa, de Mara y Kay...
Y si me preguntan si quiero pasar toda mi vida a tu lado, les diría que una vida me parece corta porque hace ocho años empecé a entender lo que es sentirse en casa. Y sé con certeza que mi hogar eres tú y las titis.
Firmado la novia.
Comentarios
Publicar un comentario