Cuenta atrás.
Empatía, es la capacidad de percibir, compartir y comprender (en un contexto común), lo que otro ser puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación de una persona cuando se afecta a otra.
Pi...Pi...Pi... Otra vez...Hoy no me he levantado dando un salto mortal. Ni he echado un par de cereales a mi taza de café.
Hoy me he levantado, que ya es algo. Como todas las mañanas con los pies por delante y la mente aún durmiendo contigo. Aunque sin ti. De la mano de soledad y de la puta rutina de no estudiante. Levantándome atropelladamente. Vistiéndome con la ropa al revés, porque es demasiado temprano para pensar. La cabeza está aquí. Aunque la mente está en ti. Desayunar, también de la misma manera, atropelladamente y como en una vuelta rápida. Lavarme los dientes, las encías, las neuronas... Ir a trabajar añorándote. Coger el coche pensando en coger rumbo a las llanuras de la Castilla Leonesa. Rumbo a ti. Pero la razón puede. Y se interpone ante el corazón y la obligación.
Algo tan simple. Pero a la vez muy complejo. Algo que nos puede hacer inmensamente felices, pero a la vez algo que nos puede devastar por el más fuerte dolor. Algo así como el amor. Algo tan fácil como rodearte. Un abrazo separado por cuatrocientos sesenta kilómetros que cada mañana se nota a la hora de afrontar la semana. Cuesta. Cuesta mucho. Aunque cada uno de esos kilómetros restan distancia. Restan días de la semana. Restan minutos. Segundos. La cuenta atrás para volver a verte. Para volver a estar aquí. Para que llegue el viernes.
Y menos kilómetros implican más cercanía el viernes. El mejor día de la semana.
[Y ahora entiendo tu máximo dolor. Tus lágrimas. Esas que salían a saludar cada vez que me iba. Cada vez que ponía kilómetros de distancia entre nosotros.
Siento haberme ido. Haberme ido así. De esa manera. De esas formas.]
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